CECAS asiste a la jornada «Sanar la culpa?»

El pasado 10 de noviembre tuve la oportunidad de participar en la jornada sobre «Cómo sanar la culpa?», organizada por el SAER (Servicio de Atención Espiritual y Religiosa). Fue una gran ocasión para escuchar a grandes profesionales y profundizar en el interior del ser humano. Cada uno habló de la culpa desde su ámbito de trabajo pero con un eje en común, la necesidad del ser humano de conectarse consigo mismo.

Jordi Sidera, filósofo, nos dio un repaso de la culpa a lo largo de la historia de la humanidad. Nos quedó claro que es un concepto que ha cambiado durante los años. Me quedo con su idea final: en nuestro mundo actual, donde la percepción de la culpa es tan diferente para cada uno y todo el mundo intenta echar la culpa al otro, hay que unificar el criterio de lo que está bien o no, para poder así asumir lo que él define como culpa comunitaria. Cómo hacerlo ya es otra cuestión.

Alexander Gironell, neurólogo especializado en hipnosis, explicó cómo en ocasiones la culpa nos puede bloquear por lo que a veces surgen los trastornos funcionales. Trastornos que lejos de ser una enfermedad orgánica la reproducen como tal, imposibilitando al paciente. Gracias a la hipnosis y el trabajo de los terapeutas hay personas usuarias que recuperan el estado de salud y consiguen desbloquear estas emociones para poder avanzar.

Gemma Escuder, psicóloga, dio unas pinceladas de la patología dual en la cárcel. Me quedo con la frase de un preso con patología dual cuando pudo realizar su proceso interior: “Me siento responsable, tengo que reparar la culpa viviendo una vida plena”.

Estíbaliz Diego, psicóloga, nos transportó al acompañamiento del fin de vida. En la etapa final de la vida, se despiertan en el paciente muchos sentimientos contradictorios y la necesidad de poner orden en su vida para poder morir sanamente. Acompañarlos es todo un reto.

La última parte de la jornada fue de Jaume Cardona, terapeuta y Esteve Humet, psicólogo. Con sus palabras nos hicieron ver cómo nosotros podemos encontrarnos acompañando a personas con un sentimiento de culpa profundo, de lo que quizás no son conscientes de ello. Las mochilas que cargan son pesadas, ya sea por unas creencias rígidas, carencia o exceso de límites, chantajes vividos en la infancia… Esto se debe trabajar, desde el respeto, fomentando la responsabilidad a la vez que reconociendo las propias limitaciones.

A veces me pregunto cómo los profesionales podemos ayudar en este camino tan complejo de echar la culpa. Me quedo con la frase que dijo Esteve Humet: trabajándonos interiormente para poder ser personas de luz, que contagian amor incondicional. Pues la culpa, se disipa cuando te sientes querido incondicionalmente y esto da sentido y plenitud a la vida.

 

Marta Escolà

Infermera del CECAS

 

       

Comparteix aquest post